Sobrevivientes al Covid de cada día

Esta es la historia de algún día, de no importa que mes y de un niño viviendo en la calle del que  ya no importa lo viejo que es.

En tiempos donde el Covid-19 aumenta día a día y la opinión publica parece solo estar empecinada en dejar en claro si adhiere a los Montesco o a los Capuleto, para muchos Uruguayos el covid-19 es una cosa que anda en la vuelta y hace que se les complique para morfar.

En la salida obligada diaria fortuitamente a eso de las 22:00 hs me disponía a salir cuando recordé que el día anterior había prometido llevarle apuntado en un papel al cuida coches de la zona de la plaza los teléfonos donde se ofrecía ayuda a personas con dificultades económicas, (ofrecimiento municipal como también de particulares). Llegue al lugar y ahí estaba, le di el papel, lo miró y al instante por su expresión me di cuenta que algo no andaba bien, era obvio, no tenía teléfono, como les pasa a muchos. Le dije que no se preocupara que yo llamaba y averiguaba. – Me muestra los números del papel y me pregunta si son locales, le digo que esos puntualmente si, se sonríe y me dice “ahh ta, en las viviendas de allá arriba el teléfono publico está afuera y puedo llamar gratis” yo seguía carburando a mil la importancia de teléfonos públicos y que dejemos un teléfono de contacto que sea viable para que se pueda llamar de teléfonos públicos.

A todo esto le pregunto como llevaba la situación, su respuesta fue:  “mal, hoy si no fuera por la señora de la camionetita blanca no comíamos con el otro gruí, el que cuida ahí en la plaza viste” Una camionetita blanca de una señora muy solidaria que sale a repartir comida, les salvó el día. – Me contaba que el día anterior a las 04:00 de la madrugada le dio hambre y salió a hacer volketas, pero que ya no quedaba nada. Le pregunté si recibía alguna ayuda, “No nada, algo que a veces alguien nos da, pero tampoco podemos tener mucho porque nos roban todo, fíjate que yo dormía atrás del Ombú  y de ahí me robaron los 2 acolchados que tenía,  también de ahí me robaron la bicicleta”. Tenes que registrarte para recibir ayuda, ¿tenes documentos? “Me acuerdo del numero de cédula, pero no tengo nada, ni cédula, ni credencial, yo no voto nunca, cuando me dolían los dientes y no aguantaba mas me los sacaba yo, no voy al medico” me dijo. ¿ Donde te estas quedando ? “Estamos abajo del puente, no queda otra” tengo una cortina de junco que pongo abajo y tengo 2 acolchados de esos de niño y con eso nos revolvemos con el otro gurí”

Antes que el mecanismo automático, auto justificativo y devorador de pecados nos active el (Andá a saber), (Debe tener antecedentes) y nos bloquee, describo que esta conversación es real, hay muchas personas en esta situación. La charla no fue mucho mas extensa pero alcanza para entender que tal cual en una oración existe el sujeto y el predicado, muchas veces subrayamos de rojo el predicado y de azul al sujeto, con la mala suerte que acá no hay maestra.

¿ Tenes Familia ? ” Desde los 9 años que vivo en la calle, no tengo padre ni madre, ni nada” Hoy ronda los 40 años

Comenzaba diciendo: “Esta es la historia de algún día, de no importa que mes y de un niño viviendo en la calle del que que ya no importa lo viejo que es”

38 años parece de indiferencia… para ellos El Virus es algo que solo les complica pa’ morfar y punto.

 

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