Un déspota puede generar la aparición de otro pero en el opuesto

Inseguridad, falla del sistema, consecuencias y cuidado con los antídotos de campaña.  

Entre nuestra población  ya aparecen comentarios públicos de actores políticos que manifiestan soluciones que rozan despotismo y así es como actúa la delincuencia,  fuera de la ley.

Hay problemáticas que son capaces de generar cambios radicales y esos cambios siempre son por consecuencia, fenómeno que muchas veces se convierte en  realidad cuando se busca únicamente en los extremos la opción para encontrar soluciones.

La realidad indica que no es compatible un déspota en democracia pero a lo largo de  la historia encontraron la forma de convertirse en lideres políticos y hasta en presidentes.

Un sistema como el nuestro con grandes fallas es permisivo y protege al déspota,  por consecuencia puede surgir una figura cuya constitucionalidad penda de una linea tan frágil que de claudicar de paso a la creación de un déspota pero electo.

 

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