La Tragedia de Manga: La Noche en que el Tren Descarriló la Historia de Uruguay

El Tren del Horror

El 2 de agosto de 1963, una de las peores tragedias en la historia de Uruguay se desencadenó en las afueras de Montevideo, un evento que marcó a la nación y puso de luto al ferrocarril. Conocido como la Tragedia de Manga, este no fue un accidente, sino un acto criminal que resultó en la pérdida de 33 vidas y dejó a más de un centenar de heridos.

El Acto Criminal

Eran las 18:45 horas cuando el tren Nº 19 de AFE (Administración de Ferrocarriles del Estado), que se dirigía desde Estación Central hacia la Estación de Casupá, hizo su última parada en Peñarol. Al reanudar su marcha con destino a Estación Manga, el convoy se dirigió hacia una extensa recta de 4 kilómetros. Sin embargo, antes de cruzar la avenida Instrucciones, se encontraba un desvío secundario poco utilizado, diseñado exclusivamente para maniobras de baja velocidad hacia la planta de fertilizantes Fosfato Thomas.

Un individuo, posteriormente identificado y conocido como «El Charrúa», había violentado el candado que aseguraba la aguja del desvío y la había accionado manualmente con una azada. Con el tren avanzando a unos 70 km/h, la locomotora eléctrica Nº 1523 y sus vagones se desviaron bruscamente. La fuerza centrífuga, imposible de contrarrestar a esa velocidad, lanzó a los vagones con violencia fuera de las vías, haciéndolos precipitarse por el terraplén.

Consecuencias de un Acto Impensable

El saldo de la tragedia fue devastador. La prensa de la época reportó un alto número de víctimas, que con el tiempo se confirmó en 33 muertos y más de 100 heridos. Muchas de estas víctimas, que regresaban a sus hogares, eran originarias de localidades del eje de la Ruta 6, como Toledo, Sauce, Santa Rosa, San Bautista, San Ramón, Chamizo, Fray Marcos y Casupá.

La investigación policial que siguió al desastre duró más de un año. Durante ese tiempo, se descubrió que el autor del crimen, «El Charrúa», había incluso ayudado a los rescatistas en la escena, mezclado entre la multitud que intentaba socorrer a las víctimas. Finalmente, una de sus hermanas lo delató. Debido a su personalidad psicopática y su incapacidad mental, fue declarado no imputable por la Justicia y fue internado en el Hospital Vilardebó hasta 1970.

La Estación Manga: Un Testimonio del Pasado

La tragedia de 1963 es una parte oscura de la historia de la Estación Manga, un lugar que, en su apogeo, fue un epicentro de vida y movimiento. Ubicada a 16 kilómetros de la estación central, la estación Manga era un punto de referencia para la zona, con plataformas repletas de pasajeros y galpones desbordados de mercancías.

Hoy, aunque gran parte de su infraestructura permanece en pie, la estación es un mudo testigo de un pasado vibrante. Sus paredes y estructuras cuentan la historia de un Uruguay que se movía al ritmo de las vías, un pasado que se proyectó y se desarrolló gracias a la red ferroviaria que, en un fatídico día de agosto, se vio truncada por la tragedia.

 

Hay varias versiones del hecho pero basamos este artículo en las coincidencias y recuerdos de vecinos consultados.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario