“Las personas con obesidad son constantemente avergonzadas y culpadas por su enfermedad. Esto se debe a que muchas personas, incluidos médicos, formuladores de políticas y otros, no entienden que la obesidad es una enfermedad crónica. Lo ven como una simple falta de fuerza de voluntad, pereza o una negativa a “comer menos y moverse más”. Pero como todas las enfermedades crónicas, las causas de la obesidad son mucho más profundas. Pueden ser genéticos, psicológicos, socioculturales, económicos y ambientales. Es hora de que rompamos el ciclo de la vergüenza y la culpa y revaluemos nuestro enfoque para abordar esta compleja enfermedad crónica que afecta a 650 millones de personas en todo el mundo”.
La obesidad y sus raíces.
Con motivo del día mundial de la obesidad, la OMS fomenta soluciones prácticas para ayudar a las personas a alcanzar y mantener un peso saludable, llevar a cabo un tratamiento adecuado y revertir la crisis de obesidad.
Las tasas de obesidad casi se han triplicado desde 1975 y han aumentado casi cinco veces en niños y adolescentes, afectando a personas de todas las edades de todos los grupos sociales tanto en países desarrollados como en desarrollo. La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para diversas enfermedades no transmisibles (ENT), como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y accidente cerebrovascular, y diversas formas de cáncer.
Las personas con obesidad son constantemente avergonzadas y culpadas porque muchas, incluidos los médicos, los encargados de formular políticas y otros, no comprenden completamente las causas de la obesidad, que a menudo son una mezcla compleja de factores dietéticos, de estilo de vida, genéticos, psicológicos, socioculturales, económicos y ambientales . Es hora de romper el ciclo de vergüenza y culpa y reevaluar nuestro enfoque para abordar este complejo problema de salud pública global.
Juntos podemos hacer la diferencia. Hay mucho que podemos hacer, incluso restringir la comercialización a los niños de alimentos y bebidas con alto contenido de grasas, azúcar y sal; gravar las bebidas azucaradas y proporcionar un mejor acceso a alimentos asequibles y saludables. En nuestras ciudades y pueblos, necesitamos hacer espacio para caminar, andar en bicicleta y recreación de manera segura. Debemos enseñar a nuestros hijos hábitos saludables desde el principio.
La OMS está respondiendo a la crisis mundial de obesidad en muchos frentes, incluido el monitoreo de las tendencias y prevalencia mundiales, el desarrollo de una amplia gama de orientación que aborde la prevención y el tratamiento del sobrepeso y la obesidad, y brindando apoyo y orientación para la implementación, como el Informe de la Comisión sobre el fin de la obesidad infantil.