El hundimiento del mercante Montevideo en la Segunda Guerra Mundial.
El buque mercante Montevideo, de bandera uruguaya, fue protagonista de un trágico episodio en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Su hundimiento, ocurrido el 8 de marzo de 1942, marcó un momento de conmoción para nuestro país.
Orígenes y características del Montevideo.
El Montevideo era originalmente un buque de bandera italiana llamado Adamello. cuando estalló la guerra en 1939, el barco quedó internado en el puerto de Montevideo junto con otras embarcaciones italianas. En 1941, Uruguay decidió requisar el Adamello y otros buques de origen italiano, poniéndolos al servicio del país bajo nombres nuevos. Así, el Adamello pasó a llamarse Montevideo y quedó registrado como parte de la marina mercante uruguaya.
El Montevideo era un buque de carga a vapor un tanto obsoleto, impulsado por máquinas de carbón, pero incapaz de alcanzar velocidades de navegación que le permitiesen unirse a los convoy que navegaban bajo la protección de otros buques, lo que lo obligaba a realizar sus travesías en solitario. A pesar de esa deficiencia, su considerable capacidad de carga lo convirtió en la elección para un viaje crucial a los Estados Unidos. Sus cinco bodegas se llenaron con aproximadamente 6.000 toneladas de carne enlatada (corned beef), cueros y otros productos esenciales, en un esfuerzo por mantener la economía uruguaya a flote.
Durante la guerra, el país dependía en gran medida del comercio marítimo. Sin embargo, el conflicto global complicaba enormemente esta actividad, sometiéndola a las rigurosas normas de guerra. Para garantizar su identificación como nación neutral, se pintaron de manera prominente la bandera uruguaya y el nombre del país en los costados del buque. Aunque se había advertido previamente y durante el trayecto que el riesgo de ataque era muy elevado.
La última travesía.
El 9 de febrero de 1942, el Montevideo zarpó del puerto de Montevideo con destino a Nueva York. La tripulación estaba compuesta por 41 marinos, entre civiles y militares, bajo el mando del capitán José Rodríguez Varela.
El 22 de febrero, cuando navegaban frente a las costas de Pernambuco (Brasil), fue interceptado y abordado por un buque de guerra estadounidense que lo había confundido con un corsario alemán. Aclarada esta situación, el Montevideo continuó viaje, pero de ahí en más la tripulación fue madurando la gran posibilidad de ataque. No fue hasta el 5 de marzo cuando arribó a la base de los Estados Unidos en Santo Tomás por temas de aprovisionamiento e instrucciones logísticas, que la tripulación fue advertida por otros navegantes que la situación era de riesgo inminente. Fue de tal magnitud que parte de la tripulación cuestionó el seguir con el recorrido, objecion que desestimaron luego de varias conversaciones con el capitán José Rodríguez Varela.
El ataque y el hundimiento.
En la noche del 8 al 9 de marzo de 1942, mientras navegaba cerca de las costas de Haití, en el Mar Caribe, el Montevideo fue atacado por un submarino. Durante años se creyó que el ataque fue obra de un submarino alemán, pero investigaciones posteriores confirmaron que el responsable fue el submarino italiano Enrico Tazzoli, comandado por Carlo Fecia di Cossato.
El Montevideo fue torpedeado y hundido en cuestión de minutos. Como resultado del ataque, 14 tripulantes uruguayos murieron. Un grupo logró sobrevivir abordando un bote salvavidas, y otro grupo en una balsa. El bote fue rescatado por un mercante holandés días después del ataque, y el segundo grupo, los de la balsa, fueron rescatados tras estar a la deriva por más de 5 días.
Repercusiones en Uruguay.
El hundimiento del Montevideo generó gran indignación en Uruguay, ya que se trataba de un barco mercante de una nación que no estaba en guerra. El ataque fue visto como una agresión injustificada y fortaleció la postura del gobierno uruguayo a favor de los Aliados.
Hay que puntualizar que si bien Uruguay no estaba en guerra, tan solo 42 días antes del hundimiento del Montevideo se habían roto las relaciones diplomáticas con las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón). Hecho que generó gran repercusión política, porque había quienes decían que ello era una decisión que aniquilaba la neutralidad. Se mencionó como la estocada final tras varios episodios que se entendían como presión política de los aliados, fundamentalmente de Inglaterra y Estados Unidos, como el caso del Admiral Graf Spee en diciembre de 1939.
Aunque Uruguay no declaró la guerra a las potencias del Eje hasta febrero de 1945, el hundimiento del Montevideo contribuyó a alejar aún más al país del bloque liderado por Alemania e Italia.
Legado y memoria.
El hundimiento del Montevideo sigue siendo recordado en Uruguay como un símbolo del costo humano de la guerra y de la vulnerabilidad de los países pequeños en conflictos globales. La tragedia subraya la importancia de la neutralidad y la protección de la navegación mercante en tiempos de guerra.
La memoria de los marinos fallecidos sigue presente en la historia marítima uruguaya, recordando el sacrificio de aquellos que, aun en un país alejado de los principales frentes de batalla, fueron víctimas de la Segunda Guerra Mundial.»