El submarinista Victor Vescovo fue noticia, primero por establecer un récord mundial al navegar a 10.928 metros de profundidad y segundo por haber encontrado desechos plásticos en lo más profundo del océano.
Victor Vescovo, un hombre de 53 años que lleva un año dedicado a bucear en los puntos más hondos de los cinco diferentes océanos, realizó su proeza al interior de su sumergible por espacio de cuatro horas en el fondo de la sima Challenger, ubicada en la Fosa de las Marianas, considerado como el punto más profundo conocido hasta ahora del océano Pacífico.
La expedición Five Deeps emitió un comunicado en el que citaba a Vescovo en su descripción del fondo del océano, que calificó como una cuenca de color marrón, con una gruesa capa de cieno en donde hay presencia de “algunos animales pequeños, transparentes que ondulan gentilmente”, afirmó el submarinista.
“Definitivamente hay vida en el fondo mismo del océano”, añadió. “Fue absolutamente extraordinario estar en una creación técnica de los humanos con una enorme presión sobre el casco y, aun así, sentirse como sentado en la cabina de un avión”, indicó el experimentado submarinista.
Pero más allá de esta descripción del lecho submarino y los pequeños animales que lo habitan, el aventurero descubrió además que el sumergible no era la única creación humana que estaba en la zona en donde encontró algo por lo menos decepcionante: una bolsa de plástico y algunos envoltorios de dulces.
El hallazgo de estos productos de consumo masivo volvió a dejar en evidencia la magnitud de la problemática mundial del vertido a los océanos de desechos elaborados con materiales que no se descomponen fácilmente. Un hecho innegable que no se queda solo en la superficie de los mares, sino que afecta hasta los puntos más profundos en donde incluso la vida se restringe.
“No fue completamente sorprendente, aunque fue decepcionante ver esta obvia contaminación humana en el punto más profundo del océano”, fueron las palabras con las que Vescovo describió su experiencia. El explorador subrayó la necesidad de implementar mejores políticas en el manejo de los desechos a nivel mundial pues, según dijo, el mar “no es una gran piscina de recolección de basura, aunque parece que está siendo tratado como tal”.
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